Este vino de Rioja es una expresión
del Tempranillo con personalidad
propia, intensidad y concentración
imponente. La búsqueda de la fruta
y el frescor es su premisa.
Región de elaboración:
D.O.Ca. Rioja
Variedades:
100% Tempranillo
Análisis:
Grado alcohólico: 14,0º
Viticultura:
Los viñedos de los que procede
se encuentran ubicados en una de
las zonas más singulares de La Rioja,
en un enclave natural único en el que
conviven los climas atlántico y
continental, que aportan una bonanza
especial a las cepas de Tempranillo.
Las laderas de “cascajo” son el factor
diferenciador de estos viñedos de
baja fertilidad. La textura del suelo
permite un mayor aprovechamiento
de la radiación solar, un buen drenaje
del agua y además aporta estructura
y complejidad a la uva Tempranillo.
Vinificación:
La vinificación se basa en único
principio: La búsqueda de la fruta y
la frescura.
Premaceración de la uva en frío.
Fermentación a temperaturas más
bajas de lo habitual (24ºC). Alrededor
de dos semanas de maceración para
conseguir una extracción total de
las cualidades de la fruta. Sin ceñirse
a un criterio fijo de estancia en barrica,
la crianza puede durar entre ocho
y doce meses. Esta circunstancia
permite que el vino llegue al
consumidor en su mejor momento.
Nota de cata:
Aspecto: Intenso, picota,
con matices violáceos.
Nariz: Muchas flores silvestres como
los mirtillos y las violetas. Al agitar
la copa, salen los frutos rojos
maduros. Fresco e intenso.
Boca: De gran volumen, generoso,
estructurado y con taninos redondos.
Una gran cantidad de frutas rojas
abruman el paladar y se combinan
perfectamente con las notas
especiadas y sutiles que la barrica
aporta.
Maridaje:
Aconsejamos beberlo acompañando
tapas, platos de pasta, quesos
jóvenes, pollo, parrilla de verduras
y barbacoas.
Consejos del Enólogo:
Es un vino que busca la expresión de
la fruta en su plenitud. Se recomienda
consumir en los próximos tres años,
aunque su evolución nos sorprenderá
satisfactoriamente
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